03.12.2021 Por Thomas Levy, Director General, Brasil

Disrupción, la abrazamos

En el Día Internacional de las Personas con Discapacidad - que también marca los 12 meses desde que Current Global lanzamos Accessible by Design, nuestro compromiso de hacer accesibles las comunicaciones en toda nuestra empresa e industria, damos la palabra a nuestro líder en LATAM Thomas Levy.

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El camino de menor resistencia es el que se sigue con más frecuencia. Lo vemos a diario en el mundo de la comunicación, donde agencias y clientes recurren a tácticas probadas para hacer el trabajo. Sin duda, puede agilizar las decisiones, ahorrar tiempo (y dinero) y reducir las molestias. La menor resistencia puede significar muchas cosas, incluido menos tiempo dedicado a establecer un nuevo conjunto de términos, criterios, prioridades y lógica interna, todo lo cual es necesario cuando se sigue una ruta más disruptiva.

Romper un hábito es perturbador y siempre -siempre- es intencionado.

El concepto de "romper un hábito" abarca cualquier cosa que se salga del camino trillado. Se podría argumentar que es perturbador contratar a una persona con una formación profesional o académica diferente, ya que, aunque sus aportaciones pueden ser muchas, las normas cotidianas de la empresa podrían resultarle extrañas -al menos temporalmente- y eso exige una acomodación. La adaptación exige un esfuerzo intencionado de inclusión, por lo que puede considerarse perturbadora.

¿Cómo se ve eso en la práctica?

Cualquiera que no se parezca a ti, piense como tú, hable como tú, se identifique como tú o se describa como tú necesitará adaptaciones. Por fin parece que el mundo empieza a entenderlo. Pero ser verdaderamente adaptable en el lugar de trabajo (diversidad e inclusión, ¿verdad?) a veces requiere uno o varios despertares bruscos antes de hacerlo bien.

¿Cómo reaccionas cuando puedes elegir entre dos opciones: una que necesita acomodación y otra que no, cuál es el hilo de pensamiento que sigue?

¿Estoy dispuesto a hacer adaptaciones?

¿Entiendo en qué consisten estas adaptaciones?

¿Tengo los medios para proporcionárselos?

¿Se ha informado adecuadamente a las personas implicadas?

¿Estoy controlando mis suposiciones y prejuicios?

He aquí un ejemplo de cómo se manifestó esta complejidad en los comienzos de mi carrera.

Formo parte de la comunidad LGBTQIA+. Tardé un tiempo en comprender que mi opresión era muy diferente de la de mis compañeros como hombre cisgénero blanco (latino por geografía, pero que pasa por blanco) de clase media alta. Yo también "paso de blanco", sobre todo cuando hablo otro idioma. Aun así, en mi vida profesional he oído cosas profundamente desagradables y perjudiciales: que debería ser más "discreto" o más participativo en las bromas de vestuario. ¿No es esto un ejemplo de tomar el camino de menor resistencia? ¿Es tan malo que, por ser complaciente, también podría ser perjudicial? ¿Estás protegiendo a esa persona o le estás privando de una oportunidad profesional y del desarrollo de su carrera? ¿No merece la pena complacerla?

También está el reto de saber cuáles deben ser las adaptaciones.

Los comentarios profesionales me han desconcertado a menudo, y así ha sido hasta hace muy poco. Era demasiado directo, mi proceso de pensamiento era demasiado confuso, era inaccesible. No entendía las indirectas, confundía las pistas, hacía demasiadas preguntas, era distante o parecía ignorar las conversaciones con brusquedad, se me daba fatal leer la sala o analizar la política de la oficina, era demasiado literal o intolerante con la retroalimentación y la dinámica de grupo.

Pero algunos de mis líderes parecieron "entenderme" muy rápidamente. Les gustó el hecho de que no me comprometiera con los formatos establecidos, fuera meticuloso con los plazos y buscara a menudo la eficacia. Mi comunicación era clara y directa. Dejaba mucho espacio para la experimentación, solía ser muy rápida en la realización de tareas y mantenía un mapa mental claro de todo lo que ocurría. También tengo el enfoque Jinkx Monsoon de "agua de borrajas" para los intercambios más duros (búscalo en Google, ¡confía en mí!) y puedo pasar de un feedback serio a una conversación informal como si pulsara un interruptor.

Estas dos percepciones no parecían coincidir.

Resulta que la razón tiene un nombre: Autismo. Y yo sufría de "Autistic Burnout", un reto en sí mismo, y una capa añadida de complejidad a un escenario ya de por sí difícil:

El diagnóstico de varias afecciones que componen el universo "atípico" es muy excluyente. Es difícil encontrar un médico que te tome en serio o que esté al día de los cambios en los procedimientos de diagnóstico. El diagnóstico puede ser prohibitivamente caro; mi propio seguro (en Brasil, donde vivo) no cubría el mío. El autodiagnóstico es muy relevante por ello, y aunque nadie diría que es lo ideal, es la única forma que tienen muchas personas de entenderse a sí mismas y encontrar formas de mejorar su calidad de vida.

Sé que esto no es exclusivo del autismo. Amigos y conocidos con TDAH, Trastorno Bipolar, Depresión, Trastorno de Ansiedad Generalizada y otras manifestaciones de diversidad neuronal comparten historias similares: el consejo profesional de simplemente "dejarlo estar", procedimientos recomendados que pueden tener el efecto contrario en personas neuroatípicas, el uso de terminología y terapias anticuadas. Luego, para los que cruzamos la puerta inicial del diagnóstico, están las reacciones del tipo "pero tú no pareces autista", "en realidad eso no es así", "no vas a recibir ningún trato especial", "¿no somos todos un poco autistas?" o "simplemente no quieres esforzarte por integrarte".

Pero basta de hablar de mí. ¿Te ha hecho esto replantearte la importancia de hacer adaptaciones y aceptar las interrupciones en tu vida laboral?

La gente puede necesitar más descansos. Pueden necesitar un par de ojos más para revisar el material. Algunos pueden necesitar un horario de trabajo diferente. Otros pueden tener que limitar el número de reuniones a las que pueden asistir. Puede que necesiten equipos específicos. Algunos pueden necesitar un acompañamiento específico. Algunos que no necesitaban adaptaciones al principio, pueden necesitarlas más adelante. Es posible que las adaptaciones tengan que cambiar con el tiempo, y sí, eso puede ser perturbador. Nada de esto constituye un trato especial: se trata de adaptaciones que permiten a las personas unirse a tu equipo, personas que sin duda aportarán habilidades, perspectivas y experiencias que enriquecerán tu vida y tu trabajo.

En mi continuo proceso de autodescubrimiento como persona autista, me encontré con ASAN - Red de Autodefensa del Autista - donde leí algo que recomiendo a todo el mundo que se tome en serio: Nada sobre nosotros sin nosotros. Se trata de una reacción a la forma en que el estamento médico trató a los autistas durante mucho tiempo, dando por sentado lo que pasaba en nuestras cabezas en lugar de preguntarnos cuáles eran nuestras experiencias. Hable con sus equipos y clientes. Escúcheles para saber qué necesitan, cómo se sienten y qué quieren.

La historia de la neurodivergencia está plagada de suposiciones, de tratar a las personas como objetos y no como sujetos. Todos podemos ayudar a romper este círculo vicioso de suposiciones. Estamos en todas partes. Hacemos de todo. El único camino que importa es el que va hacia delante. Aunque sea perturbador.