Tres años parecen tan lejanos.
Pero, para los profesionales del DEI como yo, y las personas que se identifican o pertenecen a una de las comunidades diversas o históricamente marginadas, no lo es.
Hace tres años, nuestra nación fue testigo del surgimiento de los movimientos por la justicia social más extendidos desde los tiempos de la segregación y el movimiento por los derechos civiles de las décadas de 1950 y 1960. Los asesinatos de George Floyd, Breonna Taylor y Ahmaud Arbery en 2020 conmocionaron a nuestra nación. Desbordados por la indignación y una agotadora batalla por la equidad, millones de personas protestaron. Las repercusiones se sintieron en todo el mundo, inspirando a muchos otros en países de todo el mundo a alzar sus voces en nombre de la justicia. Ese mismo año, un aumento significativo de las agresiones contra estadounidenses de origen asiático e isleños del Pacífico sacó de nuevo a la gente a la calle con demandas de protección y cambio. Y mientras todo esto ocurría, la pandemia mundial de COVID-19 arrojó luz sobre la falta de atención a los problemas de equidad sanitaria en las comunidades desatendidas, especialmente las de color.
¿Qué ha cambiado hoy? Sinceramente, no mucho. Es una época tan volátil como siempre y las marcas intentan sortearlo todo.
Nos encontramos en un momento muy polémico de nuestra sociedad, en el que las cuestiones políticas han radicalizado a grupos de personas que ahora se manifiestan en las redes sociales, evocan boicots de marcas e incluso (en algunos casos) imponen amenazas y causan daños físicos a diversas comunidades. La comunidad LGBTQ+ y sus aliados han sido el foco de odio más reciente. Las marcas atraviesan tiempos difíciles, con amenazas potenciales a sus resultados, problemas de reputación y compromisos de DEI mediocres.
Han pasado tres años. Sin embargo, lejos de disiparse, las expectativas de un cambio positivo siguen siendo altas. E incluso con los problemas de reputación de marca más recientes que hemos visto, nuestra sociedad sigue buscando resueltamente la responsabilidad y la transparencia de las marcas que aman y apoyan. La reputación corporativa está amenazada y el compromiso intencionado nunca ha sido tan importante. Las marcas deben hacer menos promesas. Actuar más. Establecer conexiones reales con públicos diversos. Y tener un impacto duradero.
La necesidad de asesoramiento en materia de DEI sigue siendo importante y necesaria. Y debe ser continuo, no proyectos puntuales que sean una solución temporal. Los compromisos deben ser firmes y establecerse a lo largo del tiempo para medir eficazmente los avances.
Para más información sobre Current , póngase en contacto con Rebecca K. Roussell, SVP, DEI Communications rroussell@currentglobal.com.
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